martes, 8 de febrero de 2011

Otra historia

Bueno, las cosas empiezan a encarrilarse:

¡Ya tengo las llaves del sitio donde voy a vivir! Una casa compartida con un chico y una pareja. Una habitación para mí. Zona 2. Canada Water. Bastante bien comunicado con el centro. En menos de un mes ya tengo trabajo y habitación. Pero como todo, esto también tiene su lado bueno y su lado no tan bueno. Seré más independiente aunque al mismo tiempo estaré un poco más lejos de todo y de todos. Las cosas han ido bastante dadas ya que no es algo que haya buscado muy intencionadamente. Pero la jugada me ha salido bien.


El llavero. Un guiño a mis amigas.

Este fin de semana no he hecho nada de turismo. La verdad es que no me he atrevido a salir a ningún sitio pues la primera vez que lo hice la semana pasada se me fue el dinero sin darme a penas cuenta. Ir a tomar algo es carísimo pues en todas partes tienes que pagar entrada a parte de las consumiciones. Y claro, ves sumando. Además esta semana la tengo bastante apretada por el trabajo. Aún así, voy anotando todo lo que me falta por ver en mi lista de tareas pendientes.

Ayer recogí una bolsa llena de dulces y embutido (entre otras cosas) que mi madre me ha hecho llegar y lo estoy disfrutando como nunca. Aunque me van a durar lo suyo. Pero qué placer comer croissant de chocolate, palmeritas integrales, fuet, chorizo, etc. A parte de eso, debo reconocer que me estoy aficionando al sándwich de jamón york, queso y mostaza de Starbucks. ¡Donde ya tengo mi propia tarjeta de cliente!

Finalmente, debo subrayar que ahora lo que viene es apañármelas sola de verdad, y eso será otra historia…

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